viernes, 24 de agosto de 2012

Capítulo 2.

La noche siguiente, en la celda... Mi cuerpo es una de mis celdas. Luego les explico.

Las redes sociales preguntan "What's on your mind?" Mi mente está partida en 37 partes o algo así. Se enumeran a partir de 0. Entre todas veo la realidad (mía) y junto con ellas hay sueños, cuentos, música, aritmética, imágenes y uno que otro sentimiento. ¿Qué hay? Caos.

"Cuéntanos un cuento" --dijeron las niñas.
Empecé con la evolución de los zorrillos y casi una hora después terminé con un pequeño tigre confundido porque no sabía con seguridad qué era. De pronto, de la nada, conforme el cuento avanza, empiezo a ver cómo hacer el primer programa. Entre más se teje el cuento, más forma tiene el programa. Al tigrito todos le decían YerbaNacho, pero algunos maldosos le decían Epazote. ¿De dónde me sale tanto disparate? (si consultan el manual, dice que vienen de las partes 0 a 36).

Las permutaciones de 4 objetos son 24. Y dije que un chango era el ancestro de los zorrillos, lo cual es falso. Las permutaciones pares de 4 objetos son 12. Un león se comía a los changos primitivos, pero uno se le escapó y cuando se escapó se hizo pipí (por el susto), y el león la encontró sumamente apestosa. Esos cuatro objetos van a ser números reales y deben considerarse las 16 posibles elecciones de los signos que se les pueden asignar. 

(±a,±b,±c,±d)

Ese rasgo genético lo heredaron sus descendientes hasta los zorrillos. El problema fue que tenía yo un chango de peluche a la mano y no una musaraña, así que el cuento torció la teoría de la evolución.

Si los números fueran distintos, y ninguno de ellos fuera cero, habría 16x24=384 posibilidades. Y de pronto, tomé un tigre de peluche hecho en China que cantaba ñañaú, ñañaú, como el chinito de Cri-crí. Pero en nuestra amiga hecatoicosacoron, en ningún caso los números son distintos así que de las elecciones tendremos menos de 384.

Obtuve los 600 vértices. Aquí están: 
https://docs.google.com/open?id=0B7_yEwYwbPpSMTNVTE5SOGVxbjA

El programa está aquí:
https://docs.google.com/open?id=0B7_yEwYwbPpSLVF5S2x0S2VReTQ

Me gustan más los cuentos llenos de disparates que la programación.
Un amigo mío comentó un montón de cosas que pueden aprenderse de Einsten. Yo aprendí sólo una: La Teoría de la Relatividad es menos importante que ver reír a mis mujeres. ¿Cómo un hombre tan inteligente pudo ser tan negligente con su esposa y sus hijos? Sencillo, no desarrolló su ser de manera integral. Por eso yo admiro tanto a Leonardo da Vinci y no a Einstein.  Es mejor contarles cuentos.

¿Y las aristas? ¿Y las caras? ¿Y las celdas? jajaja, eso lo vamos a descubrir después de que un tiranosaurio se coma la habitación de mis hijas, una noche de éstas, en otro cuento.

Voy a desconectarme, voy al sueño y a la posibilidad de desprenderme de mi celda física. Casi nunca veo personas mientras sueño y menos si algo tan hermoso como el hecatoicosacoron anda revoloteando en 5 partes de mi mente.
System is coming up...

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